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sábado, 27 de agosto de 2016

EL PRIMER DÍA SIEMPRE ES COMPLICADO

Sea en lo que sea, el primer día que decidimos emprender una nueva acción siempre tiene ciertas complicaciones, así que voy a tratar de resumir algunas recomendaciones para que nuestro primer día (y sucesivos) sean exitosos y adquiramos la saludable costumbre de hacer deporte de forma habitual.
No obstante, antes de nuestro primer día hemos de ponérnoslo fácil, por lo que el lugar en el que decidamos ejercitarnos, sobre todo si es un gimnasio o un centro deportivo, ha de cumplir un requisito, que es tenerlo lo más a mano posible. Cerca de casa, o a pocas calles del trabajo es lo ideal, además cuanto más flexible sea el horario mejor. No tenemos que ponernos impedimentos antes de empezar.
No hemos de tener prisa (la rapidez es una virtud que engendra su vicio que es la prisa): Los resultados llegan, pero no de un día para otro. No pensemos nunca a corto plazo, pensemos siempre en semanas y meses, nunca en días. Uno de los principales motivos de abandono es la falta de motivación al no ver resultados visibles a corto plazo.
Hoy es nuestro primer día
Así que hoy lo que se impone es preguntar, preguntar y preguntar: En nuestro primer día seguramente estaremos bastante perdidos, así que no nos hagamos los valientes y preguntemos al monitor/entrenador de sala, o a nuestro preparador físico. No pasa absolutamente nada, todos hemos sido primerizos algún día. Aunque nos parezca que conocemos el funcionamiento de cierta máquina o que sabemos hacer determinado ejercicio muchas veces no es así. La colocación exacta, respiración, velocidad de realización son aspectos importantes que seguramente no sabremos en nuestro primer día, ni tan siquiera, a veces, como calentar la musculatura o estirar un poco, antes de emprender una caminata. Nadie mira al que pregunta, pero sí al que realiza mal un ejercicio (aparte del evidente riesgo de lesión).
El más grande no siempre es el ejemplo a seguir: Aunque a veces sí es así, no siempre el más grande de nuestro gimnasio es el que más sabe ni el que realiza mejor los ejercicios. O puede que simplemente busque diferentes resultados con determinado ejercicio, así que no le copiemos. Lo normal es que nuestro entrenador de la sala sea quien nos pueda hacer las mejores apreciaciones.
Vistámonos de deporte, sin pasarnos: Muchas veces se nos identifica fácilmente a los novatos por nuestra indumentaria. Utilicemos ropa deportiva, sí, pero sobretodo, cómoda. Pero no exageremos con los complementos (cintas, muñequeras, gorras, iPod, etc), la mayoría utiliza ropa bastante vieja que deja ver buena parte de la musculatura para observar la congestión de la musculatura al realizar los ejercicios. No obstante, podemos encontrar de todo... ya debemos que en la variedad está el gusto…
Integrémonos: Como en muchos otros deportes suele haber un cierto “colegueo” en el gimnasio, si somos amable lo normal es que los demás lo sean con nosotros y nos echen un cable si lo necesitamos. No nos intimidemos por ser nuevos, actuemos con naturalidad.
Entrenar con cabeza: En nuestro primer día tenemos que salir cansados y sudados de la sala, pero sin pasarse, recordemos que se trata de conseguir resultados a largo plazo. Dejemos algo guardado para que nos queden ganas de volver en los días sucesivos.
Todo irá a mejor: El primer día no sabemos dónde está nada, no conocemos a nadie, y posiblemente, nos maten las agujetas al día siguiente. Pero pensemos que a partir de ese día todo irá mejorando, nos haremos al gimnasio, conoceremos gente, mejoraremos nuestro estado físico… ¡Ánimo!
Recordemos que lo importante es coger una rutina de entrenamiento, que el gimnasio, la calle, el centro deportivo, se ha de convertir en una actividad más de nuestro día a día, solo así podremos lograr los resultados que estamos buscando.

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