El running
se ha convertido últimamente en una de las actividades físicas más populares
debido a lo fácil que es practicarlo y a los beneficios que conlleva. Sin
embargo, correr es una actividad de alto impacto y tenemos más probabilidad de
sufrir lesiones si se cumplen los siguientes factores:
- Cantidad excesiva de kilómetros.
- No calentar correctamente.
- Utilizar una técnica de carrera inadecuada.
- Calzado inapropiado para la carrera.
- Correr en superficies inestables.
- Desequilibrios anatómicos.
Algunas de las dolencias más comunes son la fascitis
plantar, la periostitis y la inflamación del tendón de Aquiles. Estas dolencias
pueden aparecer sin previo aviso y permanecer con nosotros durante mucho
tiempo. Lo primero que debemos hacer cuando el dolor sea difícil de soportar es
acudir al médico o al fisioterapeuta: ellos mejor que nadie sabrá diagnosticar
que lesión tenemos y qué tratamiento debes seguir.
No obstante aquí apuntamos algunas recomendaciones para
completar el tratamiento que nos hayan indicado los especialistas, según la
lesión que padezcamos y nuestra recuperación sea mejor y más rápida.
1. Rodilla del corredor
Para su mejora sugerimos:
Reducir el número de kilómetros.
Utilizar rodilleras.
Tomar los antiinflamatorios que nos hayan recetado.
En casos más graves es conveniente acudir al traumatólogo
por si considera conveniente la extracción del líquido sinovial
acumulado en la rodilla.
2. Tendinopatía Aquiliana
En caso de que el dolor sea difícil de soportar se
recomienda:
Tomar los antiinflamatorios que nos hayan recetado.
Guardar reposo.
Poner hielo en zona afectada durante no más de 20-30 minutos
cada hora.
Vendar la zona afectada para disminuir la inflamación y
estabilizar los tejidos lesionados.
Elevar el pie afectado ya que disminuyendo el flujo de
sangre en la zona podremos bajar la inflamación.
Cuando nos encontremos algo mejor para correr, estirar bien
los gemelos después de cada sesión.
3. Fascitis Plantar
Guardaremos reposo
Intentaremos hacer ejercicios de elongación del talón con la
ayuda de una pelota de tenis.
Si el problema persiste:
Acudiremos al podólogo para que nos haga unas plantillas perfectamente
amoldadas a nosotros.
Nos pondremos una tablilla por las noches para estabilizar
la zona.
Pedirle a nuestro médico que valore el ponernos una
inyección de esteroides en la zona y así poder acelerar la recuperación.
4. Periostitis Tibial
Colocar hielo en la zona de las espinillas durante 15-20
minutos.
Mantener por las noches las espinillas elevadas.
5. Síndrome de la Cintilla Iliotibial
Haremos estiramientos específicos y haremos ejercicio con un
rollo de espuma (foam roller) para reducir la inflamación y el dolor.
6. Fractura por Estrés
Tomaremos un tiempo de descanso ya que es posible que
necesitemos llevar muletas para evitar añadir presión a la zona así como un
buen tratamiento de fisioterapia.
Una radiografía permitirá ver si es necesario pasar por el
quirófano para reparar la fractura.
Tomaremos suficiente calcio para mantener los huesos
fuertes.
7. Tendinopatía Rotuliana
Pondremos hielo en la rodilla cada vez que el dolor
aparezca.
Seguiremos un tratamiento de fisioterapia que nos permita
aliviar y fortalecer el tendón.
Estiraremos bien los cuádriceps y el femoral tanto en el
gimnasio como en casa.
8. Esguince de Tobillo
Acudiremos a un médico para que nos diga exactamente el
tiempo que debemos estar sin entrenar.
Haremos ejercicios de equilibrio que trabajen los músculos
estabilizadores del tobillo como las sentadillas a una pierna.
Utilizaremos una tobillera y vendaremos el tobillo cuando volvamos
a retomar los entrenamientos para prevenir recaídas.
9. Distensión muscular
Guardaremos reposo.
Haremos ejercicios de estiramientos con nuestro recuperador
de lesiones.
Pondremos hielo en el(los) músculo(s) afectado(s).
10. Ampollas
Nos aseguraremos que nuestras zapatillas se ajustan al
tamaño de nuestro pie.
Evitaremos los calcetines de algodón. Utilizaremos en su
lugar calcetines hechos de material sintético (siempre que no seamos alérgicos).
11. Rozaduras
Utilizaremos unos pantalones más largos para correr.
Usaremos bálsamos o ungüentos para evitar más irritaciones.
Trabajaremos nuestro estilo de correr para evitar el
rozamiento de muslo contra muslo.
12. Flato
Nos doblaremos ligeramente hacia adelante y tensaremos los abdominales.
Intentaremos respirar más con los labios fruncidos para
reducir el dolor.